Este jueves, el Senado de Brasil aprobó la ley que prohíbe el uso de celulares en los colegios de primaria y secundaria, medida que afectará a estudiantes entre 4 y 17 años. La normativa, respaldada por el 82% de los padres brasileños, establece que los dispositivos estarán prohibidos en todo momento, aunque permite su uso excepcional para fines pedagógicos. Según el texto, para “salvaguardar la salud mental, física y psíquica de los niños y adolescentes”, los celulares quedarán prohibidos en las escuelas, tanto en las aulas como en los momentos de recreo. La norma permite excepcionalmente el uso de aparatos electrónicos que busquen alcanzar mayor porcentaje de accesibilidad en ciertas zonas periféricas del país. Sumado a lo anterior, los recintos educativos también deberán crear estrategias para abordar los problemas en la salud mental asociados al uso de estos dispositivos, debido a las alarmantes cifras entregadas por profesionales del rubro. En tanto, el ministro de Educación, Camilo Santana, se ha mostrado a favor de poner un “límite” a los aparatos celulares en las escuelas. “Las experiencias en el mundo entero han mostrado el prejuicio en un déficit de atención por el uso de aparatos celulares dentro de las aulas”, dijo el personero de Estado a la prensa en noviembre pasado. “El celular acabó con la socialización de las personas. Hace falta un límite”, fustigó el titular de la cartera. En este mismo sentido, un informe de la Unesco en 2023 también respalda esta visión, afirmando que: “Prohibir los teléfonos móviles en los colegios mejora el rendimiento académico, especialmente en el caso del alumnado con bajo rendimiento”. Sin embargo, el organismo a la vez advierte que la medida podría poner en desventaja a los menores diciendo que “proteger al alumnado de las tecnologías nuevas e innovadoras puede ponerlos en desventaja”. Con todo, ahora la ley debe ser autorizada por el presidente Lula da Silva. Este paso marcará un avance significativo en los esfuerzos por salvaguardar la salud mental, física y psíquica de los niños y adolescentes, refrenda el documento legal.
El ministro de Educación, Nicolás Cataldo, abordó la polémica generada por la suspensión de clases en los colegios que funcionarán como locales de votación. El Ministerio de Educación (Mineduc) estableció interrupciones de tres y cuatro días para aquellos establecimientos que actuarán como colegios escrutadores, una medida que no fue bien recibida por algunos sostenedores, quienes manifestaron su desacuerdo a Servel. En defensa de la decisión, el ministro Cataldo aseguró que “las clases están suspendidas toda vez que lo que implica la suspensión es la posibilidad de poder pagar las subvenciones ”. Agregó que “ si no suspendemos las clases, los sostenedores tendrían menos ingresos producto de una decisión que no es de ellos”. El representante del Mineduc también explicó que la estrategia busca resguardar la seguridad e integridad de las comunidades educativas, teniendo en cuenta que los locales de votación contarán con presencia de las Fuerzas Armadas. “ Es relevante considerar que no es recomendable desde ningún punto de vista que existan clases con adultos ajenos a las tareas propias de la comunidad educativa, más aún cuando estos se encuentran además en posesión de armas de fuego y otras que por cierto no son naturales del ámbito escolar ”, enfatizó. Finalmente, el ministro destacó que “estamos hablando de un proceso que va a durar dos días, en que los baños van a estar siendo utilizados por cientos o miles de personas por centro de votación. No estamos hablando de un baño público, estamos hablando del baño de un establecimiento educacional, donde luego hijos e hijas, niños, pequeños, adolescentes, van a tener que hacer uso de estos espacios ”.
Este jueves, el Senado de Brasil aprobó la ley que prohíbe el uso de celulares en los colegios de primaria y secundaria, medida que afectará a estudiantes entre 4 y 17 años. La normativa, respaldada por el 82% de los padres brasileños, establece que los dispositivos estarán prohibidos en todo momento, aunque permite su uso excepcional para fines pedagógicos. Según el texto, para “salvaguardar la salud mental, física y psíquica de los niños y adolescentes”, los celulares quedarán prohibidos en las escuelas, tanto en las aulas como en los momentos de recreo. La norma permite excepcionalmente el uso de aparatos electrónicos que busquen alcanzar mayor porcentaje de accesibilidad en ciertas zonas periféricas del país. Sumado a lo anterior, los recintos educativos también deberán crear estrategias para abordar los problemas en la salud mental asociados al uso de estos dispositivos, debido a las alarmantes cifras entregadas por profesionales del rubro. En tanto, el ministro de Educación, Camilo Santana, se ha mostrado a favor de poner un “límite” a los aparatos celulares en las escuelas. “Las experiencias en el mundo entero han mostrado el prejuicio en un déficit de atención por el uso de aparatos celulares dentro de las aulas”, dijo el personero de Estado a la prensa en noviembre pasado. “El celular acabó con la socialización de las personas. Hace falta un límite”, fustigó el titular de la cartera. En este mismo sentido, un informe de la Unesco en 2023 también respalda esta visión, afirmando que: “Prohibir los teléfonos móviles en los colegios mejora el rendimiento académico, especialmente en el caso del alumnado con bajo rendimiento”. Sin embargo, el organismo a la vez advierte que la medida podría poner en desventaja a los menores diciendo que “proteger al alumnado de las tecnologías nuevas e innovadoras puede ponerlos en desventaja”. Con todo, ahora la ley debe ser autorizada por el presidente Lula da Silva. Este paso marcará un avance significativo en los esfuerzos por salvaguardar la salud mental, física y psíquica de los niños y adolescentes, refrenda el documento legal.
El ministro de Educación, Nicolás Cataldo, abordó la polémica generada por la suspensión de clases en los colegios que funcionarán como locales de votación. El Ministerio de Educación (Mineduc) estableció interrupciones de tres y cuatro días para aquellos establecimientos que actuarán como colegios escrutadores, una medida que no fue bien recibida por algunos sostenedores, quienes manifestaron su desacuerdo a Servel. En defensa de la decisión, el ministro Cataldo aseguró que “las clases están suspendidas toda vez que lo que implica la suspensión es la posibilidad de poder pagar las subvenciones ”. Agregó que “ si no suspendemos las clases, los sostenedores tendrían menos ingresos producto de una decisión que no es de ellos”. El representante del Mineduc también explicó que la estrategia busca resguardar la seguridad e integridad de las comunidades educativas, teniendo en cuenta que los locales de votación contarán con presencia de las Fuerzas Armadas. “ Es relevante considerar que no es recomendable desde ningún punto de vista que existan clases con adultos ajenos a las tareas propias de la comunidad educativa, más aún cuando estos se encuentran además en posesión de armas de fuego y otras que por cierto no son naturales del ámbito escolar ”, enfatizó. Finalmente, el ministro destacó que “estamos hablando de un proceso que va a durar dos días, en que los baños van a estar siendo utilizados por cientos o miles de personas por centro de votación. No estamos hablando de un baño público, estamos hablando del baño de un establecimiento educacional, donde luego hijos e hijas, niños, pequeños, adolescentes, van a tener que hacer uso de estos espacios ”.